

Islas desiertas de humanos, pobladas por aves, perezosos, puerco espines, orquídeas, mariposas…
Las canoas son las alfombras mágicas que vuelan sobre ese mundo y sus reflejos. Son el vehículo ideal para ser admitido y en silencio, contemplar.
Los amaneceres y puestas de sol abren portales a mundos ingrávidos y gentiles como pompas de jabón, ni más ni menos.
Cuan profundo vamos hacia fuera observando las formas de la naturaleza, vamos también hacia adentro en busca de nuestro ser esencial.